EL CAMINO AL EXITO O A LA DERROTA
En el mundo para crecer se piensa que hay que sobresalir, exaltarse y promoverse, pisar a otros, saltarse las trancas y pensar en uno mismo y eso en el mundo puede funcionar, pero… en el Reino de Dios es lo opuesto, si quieres subir tienes que bajar, si quieres ser el mayor debes ser siervo de todos, si quieres ser exaltado debes humillarte, así funciona la cultura en el Reino.
“El más importante entre ustedes debe ser el sirviente de los demás. Pero aquellos que se exaltan a sí mismos serán humillados, y los que se humillan a sí mismos serán exaltados.” Mat. 23:11-12
Cuando tratamos de invertir esa ley espiritual empezamos a pelear contra El Rey de ese Reino y no hay quien le gane, lo único que nos espera es una gran caída, y entre mas alto nos levantemos a nosotros mismos, mas duro será el golpe.
“Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu.” Prov. 16:18-19
El único camino para crecer y ser exaltado en el Reino es el de la humildad, del servicio y sujeción. Otro camino es una puerta falsa que lleva al fracaso y a la perdida de años de vida, no busques atajos, si quieres crecer, humillate bajo la Poderosa mano de Dios y El te exaltará a su tiempo!
1Pe 5:6 “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo.”
Jesus nos dejo el ejemplo, el pudo tomar muchas cualidades suyas y decirnos que las imitemos, pero el escogió una sola y esa fue la humildad y la mansedumbre.
“Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma;” Mat.11:29
Sin embargo la humildad y la mansedumbre no es lo que comunmente creemos, no es esa condición aletargada y pasiva con las que muchas personas nacen, la prueba de la verdadera mansedumbre y humildad espiritual se muestra en nuestras motivaciones en nuestras actitudes y en nuestras acciones y finalmente se sabe si somos mansos y humildes si llevamos el yugo del Señor sobre nuestras vidas.
En los tiempos bíblicos y aun hoy en día se sigue practicando en algunos lugares el uso del yugo en la siembra. El yugo es un trozo de madera que usa para unir o atar a dos bueyes o mulas , se pone un buey joven atado junto a un buen viejo, el buey viejo que ya sabe el camino es el que guia y el buey joven lo tiene que seguir para arar la tierra y sembrar.
El yugo del Señor implica sujeción, implica no hacer lo que yo quiero sino lo que El quiere, no ir por mis propios caminos o seguir mi propio destino, sino por los que el me marca. El yugo me ata a El para hacer su voluntad y no la mía. Ese es el camino de humildad y mansedumbre que El nos llama a transitar. El único que nos asegura el éxito.
– Noel Solis –